La maldición de la democracia son los políticos

Evidencia en la que he caído de golpe y hasta el fondo leyendo a Maalouf, como quién cae en una piscina pensando que lo que tenía delante era un charco (es decir, que si me lo hubieran dicho antes hubiera pensado ya, obvio, ahí hay agua. Pero sin darme por enterada de que no es solo un charco).

Añadiré que no he leído de Maalouf tal afirmación, pero una reflexión lleva a la otra...

Cuando digo maldición, quizás debería decir más bien que los políticos son la trampa que lleva implícita la ley de la democracia. ¿Porqué? Porqué da igual el sistema político -democrático- que se idee, que ahí estarán los políticos para viciarlo. Que estén tan mal considerados por la sociedad no es casualidad. El problema (mayor) para mí no es que roben, que también, claro, que sean incapaces, o que sólo sepan pensar en términos de partido.

Lo peor es su irresponsabilidad. El no darse cuenta del papel que juegan cuando hacen declaraciones radicales (homófobas, racistas, destructivas de cualquier forma) pensando que DE VERDAD lo que importa son los votos.

Pienso en el ejemplo de Maalouf: el Líbano, en donde se crea un sistema de cuotas para intentar no enfrentar a comunidades, que todas se sientan representadas, y que poco a poco se vaya construyendo una conciencia nacional. Un sistema imperfecto pero que sobretodo, intenta superar la fragmentación a través de la integración.

Claro, excepto porque siempre habrá gente que sacará provecho de la confrontación. Qué mejor forma de conseguir partidarios que haciéndoles ver el peligro que les esta amenazando (los otros, sean quienes sean) y la forma de defenderlos. Y con las consecuencias que esto acarrea en un país en que más que con fuego, se juega con sangre.

En fin, ponía de ejemplo el Líbano pero se me ocurre otro mucho más cercano.

PD. Por supuesto, habrá que añadir que algunos se salvan. Que pena que sean una minoría en peligro de extinción.