Lobito y Quim

Puerto de Lobito
Hoy estuve con Quim (el chico que trabaja de conductor en el Lar) en Lobito, una ciudad al norte  de Benguela. Pertenecen a la misma región, y aunque Benguela es la capital administrativa, Lobito es una ciudad con más comercio e industria. Principalmente gracias a su puerto, uno de los más importantes del país. Además tiene una zona (Ponta do Restinga) con mucho potencial turístico -para mi suerte por ahora solo es potencial, una zona grande de playas sin construir, solo con algun chiringuito de playa, muy bonito-, así que también  hay algún extranjero más que en Benguela.

Vinimos a Lobito a buscar unos talleres donde venden motores y efectivamente allí estaba nuestro objetivo. Ahora sólo nos falta reunir el dinero para comprarlo. De paso aproveché para interrogar a Quim, que tiene una historia que merece la pena contar. Voy a intentar transcribir su relato (en cursiva su parte, y en letra normal mis notas).
El motor-bomba en cuestión


Nací en 1978 en el Barrio de Navegantes (se llama así porque era la parte de la ciudad ocupada por los pescadores portugueses), en Benguela, aunque mis padres eran originarios de Huambo (una ciudad del interior de Angola, por lo visto muy bonita. Antes de la independencia su nombre era Nueva Lisboa). Mis padres dejaron Huambo por la guerra; además de la violencia, durante la guerra se produjeron muchas crisis alimentarias y desabastecimiento así que vinieron a Benguela buscando mejores condiciones. Durante un tiempo mi padre trabajó como ayudante de albañil, pero luego consiguió un puesto en una empresa pública, lo que mejoro algo nuestra situación, ya que eramos 7 hijos que atender (por cierto que estoy comprobando, que igual que en España, en Angola la gente está obsesionada con trabajar para el Estado).

Así que en Benguela viví y estudié, hasta que a los 18 años entré por la fuerza en el ejército, a combatir con el MPLA. Nadie decidía con qué bando iba a combatir, dependía de quién te reclutara (esto de reclutar es una forma de decir secuestrar). No aguante mucho, aquello era un horror, así que a los dos años deserté y volví a Benguela. Pero para entonces ya había sido obligado a dejar de estudiar y no me quedaba más opción que buscarme la vida, no tenía profesión (éste esta siendo por lo visto uno de los grandes problemas de la desmovilización de los militares, muchos de ellos dejaron de estudiar desde jóvenes y no se dedicaron a otra cosa y ahora hay mucha frustración entre ellos. Los mismos hermanos de Quim fueron todos al ejército, ninguno tuvo la opción de estudiar. Pero esto dará para otro post).

Quim comprando mucua en el barrio donde vive.
Así que comenzé a trabajar en un taller de mecánica como aprendiz. Pero dos años después falleció mi padre. Pensé que se me caía el mundo encima. Con 22 años pasé a ser el hermano mayor, padre, tío. Tuve que hacerme cargo de toda una familia (Quim no es el mayor de sus hermanos, pero los mayores ya estaban casados y lejos de Benguela, así que recayó sobre él la responsabilidad familiar).  Los ingresos del taller eran muy bajos así que decidí irme a buscar la vida a Luanda. En aquellos años era imposible viajar hasta Luanda por carretera, con la guerra el país estaba partido y si ibas más allá de Lobito te arriesgabas a que te quemaran dentro del coche. Las únicas opciones eran el barco y el avión.

Allí trabajé durante algún tiempo y conseguí ahorrar el dinero suficiente para volver a Benguela. Con el apoyo de uno de mis hermanos mayores empezé a trabajar de conductor (es lo que hace ahora en el Lar también) y de esta forma he conseguido mantener a mi madre y dos de mis sobrinas, enviar a mi hermana pequeña a la Universidad, y hoy también mantener a mis dos hijos.

Quim es una persona que admiro de verdad, una vida de superación. Ahora espera poder buscar un empleo que le de más dinero para retomar los estudios, y la verdad es que da coraje que gente con el interés e inteligencia de Quim tengan vedadas estas oportunidades, que él sin embargo está ofreciendo a su hermana. Aún así, y con todas sus dificultades, sigue en su empeño de avanzar. Es mi mejor alumno de inglés y aprovecha toda oportunidad para interrogarme sobre incontables asuntos (por eso nos llevamos muy bien, también me deja que le interrogué sobre Angola y todo lo que se me ocurre, y se presta a discusiones de todo tipo). En fin, todo un ejemplo de esfuerzo, y además mirando la vida con mucho optimismo.


Ponta do Restinga, Lobito

PD. Seguimos necesitando mucho apoyo para conseguir comprar el motor, cualquier colaboración es importante!




Comentarios